jueves, 5 de diciembre de 2013

EL ZAPATO DESAPARECIDO DE MI NOVIA ( cuento)


 -         ¡Tomás! ¡Arriba! Es tarde-le grito la madre de Tomás.
Se llama Noelia, es morena, con los ojos bien grandes  marrón oscurísimos. Noelia tiene el pelo negro siempre peinado cuidadosamente. Su cabello está decorado con un lazo amarillo. Cuando Tomás baja a desayunar su madre normalmente está en la concina envuelta en su bata azul.
Mientras tanto Tomás se bestia. Es un chico más o menos moreno de pelo castaño clarito. De ojos marrones oscuros del todo. Siempre viste de colores claros porque si lo haría en el sentido contrario no ``se le vería´´.
De repente llaman a la puerta y entro yo, pausa,  yo me llamo María, soy la hermana pequeña de Tomás y también soy la narradora.  Soy algo bajita,  mi pelo es tan hermoso como el de mi madre pero yo no me pongo cosas raras en la cabeza, simplemente una diadema. Me encanta el color amarillo como a mi madre. Yo sí que sé de moda,  no como el tonto de Tomás. Me encantan los pendientes y las pulseras, en general  las joyas.
Sigamos, sigamos.
-¿Puedo pasar?- es que a mi hermanito hay que pedírselo todo bien.
-Depende para qué, me estoy vistiendo- contestó tranquilo.
-Pues yo entro y ya está, de verdad no hay persona más educada que él.
Todo bien ordenado. Su cama hecha en un periquete. Sus libros, sus balones (no los usa) todo,  todito muy bien. En cambio yo me he levantado,  he dejado la cama sin hacer y me he vestido.
-¿Bajamos ya a desayunar? Mamá está esperando- dije yo sin temor. Menuda ropa lleva hoy. Es horroroso, imaginaros, si tiene una cita,  ¿con qué va a ir?.  ¿Con un chándal sudoroso y unas playeras rotas? De verdad…. Al fín hemos bajado. Me encantan las escaleras de casa. Son de caracol color madera de roble bien fuerte. Las barandillas de marroncito.
-¿hemos tardado?-le dije preocupada- es que Tomás tarde en todo…
-No, no habéis tardado,  pero no le eches toda la culpa a tu hermano- respondió mamá.
-Blablabla- siempre a mí, pero que se le va a hacer….
Nos sentamos en la mesa redonda en el centro de la cocina. Hoy y como siempre había tortitas con sirope,  un zumo grande y líquido de naranja. También había tostadas con mantequilla.
-Qué buena pinta tiene todo esto- comentó Tomás tras sentarse en su sitio y en una silla grande de roble blanca-me encanta la comida que pones, ójala María pudiera hacer lo mismo, ji, ji, ji.
-Yo hoy no sé qué hago, ahhh ven aquí-dije yo tan mosqueada.
Mamá nos separó con sus fuertes brazos y ennegrecidos.
-¡¡¡Ya vale!!!-dijo al fin Noelia furiosa-Siempre igual.  ¿No sabéis comportaros como unos hermanos corrientes?
-Noooooo-contestamos a coro Tomas y yo.
-Bueno ¿desayunamos ya?-dije mirando a Tomás.
Tomás cuando quiere es un verdadero palurdo,  pero otras veces puede ser el tigre de la familia.
-Si vale- contestó con picardía Tomás,  con esa mirada de pícaro.
-¿Qué tal el examen de biografía?-preguntó mama a María ósea yo.
-Bien… he sacado un 9 con 5.-la contesté yo.
Cuando acabamos de desayunar. Fuimos a lavarnos los dientes. Mi cepilla era amarillo y el de Tomas azul. No  puedo comprender como entre Tomás y yo haya tan poco respeto… aunque yo no le tomo el pelo… bueno, igual un poco, pero solo un poco.
-No te eches tanta pasta de dientes… con un poco que te eches vale-dije yo (María)
-No quiero…..déjame en paz-contestó el bruscamente
-No os entretengáis aunque tengáis el instituto a dos pasos de aquí 5 minutos es tiempo ¿vale?-nos dijo mamá antes de salir de casa
-Siiiiiiiiiiiiiii-le contestamos
Salimos de casa y empezamos a bajar la mini pero constante cuesta que había de casa al instituto, solo se tarda un par de minutos.  Yo saqué el tema de la chica que le gusta a Tomas, le intentaré sacar todo lo que pueda.
-Oye Tomás,  ¿qué fue de tu amor de color castaño y de ojos verdes?
-Te refieres a… ¿Teresa?. Ella ya no me gusta, se ve que no le gusto y además no mira mis notas de amor,  solo se queda con la caja de bombones y tira el sobre a la basura al ver que pone mi nombre.
-¿Y si ella hiciera una simulación?.  Quiero decir hacer otra carta y tirarla y quedarse con la verdadera, no crees que ¿podría hacerlo?.
Yo no te creo, sigo creyendo que la quieres y que te tirarías de cabeza a un charco de barro para que ella pase por en cima tuyo y te comerías la comida de la cafetería por ella-le solté yo de repente
-Ni loco, no no y más no, no me comería la asquerosa comida de la cafetería, ¡¡¡¡¡jamas!!!!! ¡¡¡¡¡jamas!!!!!
- Bueno…. sigo sin creerte, además llevas enamorado desde tercero, cuando íbamos al cole y te pones colorado cuando te hablan de ella.

Teresa es la chica que quiere Tomás. Es morenita y tiene el pelo castaño, los ojos de Teresa son verdes, es la más amada por los chicos de todo el instituto, su mejor amiga es Carolina que es rubia, de ojos azules, siempre va de rosa, es muy antipática,  es decir es la diva del instituto, su segunda mejor amiga soy yo, a Teresa le gustan los chicos morenos como ella que sean amables, románticos… Bueno del modo que toda chica desea un chico, Tomás no es de los más populares ni de los más guapos, es normal. Este está enamorado de Teresa desde hace mil años.
Llagamos a la puerta del instituto en silencio porque mi hermano se ha enfadado y no me habla. Él se fue con los suyos y yo con las mías.
Tomás se acercó a nosotras tras cuchichear con sus amigos, llevaba algo detrás de la espalda, nadie lo veía. Teresa se puso colorada y después me miró,  yo me quedé en silencio.
-Teresa, María venid con migo a ¡SOLAS!-nos comentó a Tersa y a mi y después se aparto del grupo. Nosotras fuimos tras él.
-Teresa, qui… quie… quieres… ser mi no….-empezó Tomás
-Si quiero- contestó Teresa,  sin dejar acabar la pregunta a mi hermano,  agarrándose a su cuello y dándole un beso en la mejilla colorada-lo estaba esperando ¡ya es hora! Te veo luego y hablamos
-Ehhh…ehhh….que ha pasado…- comentó Tomás confuso.
-Lo conseguiste ¿oye le has dado el ramo de flores?- le pregunté yo
-Si,  se lo di….pero….pero….
Hoy al parecer el profe de gimnasia se ha puesto malo y nos han dado la mañana libre.
Teresa y Tomás se fueron a dar un paseo al parque y yo fui tras ellos sin que me vieran por si las moscas, de esa chica no me fio ni un pelo. Al cabo de un minuto Tomás me llamo por el móvil para ver  si podía ir con ellos, claro está, que no se dio cuenta que estaba detrás de un arbusto. Tardé 5 minutos en aparecer porque se supone que no estoy espiando.
-Hermanita hablábamos de que he sido un afortunado.
-Por cierto , ¿Dónde está Teresa?-pregunté yo asustada.
-No se,  me dijo que iría a comprar unos kínders buenos . ¿Por qué?
-¡Tomás! ¡Tomás! Mi zapato, mi zapato me lo han robado-alborotó Teresa  llegando desesperada.
-¿Qué  ha pasado?-preguntamos los dos alarmados.
-Siéntate y tranquilízate, a ver, ¿Qué ha pasado?-le pregunté yo si temor a encontrarme lo peor.
-Estaba comprando los kínders buenos y de repente noté algo en el pie izquierdo, miré hacia abajo y no vi a nadie, volví a mirar y unas manos delicadas me desataban los cordones. Eché una mirada hacia atrás y alguien encapuchado y con mi zapato salió corriendo. Me di cuenta de que no llevaba mi zapato. Mientras que os buscaba recordé como era. Era rubio porque un largo mechón de pelo le asomaba y lo tiene bastante largo. Es un muchacho de 12 años, pues en la cartera que llevaba ponía 6º de primaria. Iba de negro al completo y por detrás de la chamarra ponía la vida es vida.
-Ummm…. Yo  sé quien es ese niñato, le conozco, vive aquí en el parque y roba cualquier cosa, un día lo vi subiendo a un árbol, allí tiene una casa del árbol muy bien escondida-comenté yo.
-Llévanos hasta él-me ordenó Tomás-ya le diré yo lo que le tengo que decir.
-No está muy lejos, tardaremos un segundo- contesté.

Cuando llegamos al árbol correspondiente, empezamos a dar patadas al árbol. El muchacho cayó desde arriba, menos mal que la altura no era alta. Intento huir pero lo acorralamos y subimos a su casa. No costaba nada subir. Al subir te sentías como un verdadero mono. Una vez arriba lo atamos a una silla con una cuerda roja que tenía.
-¿Qué queréis?,  solo soy un huérfano y no tengo comida ni dinero-dijo entre dientes  él con miedo
-¿Dónde está su zapato?- le preguntó Tomás furioso- dáselo, dáselo
-Si lo queréis, encontradlo-comentó con voz maligna.
Los tres nos pusimos a buscar el zapato entre tanta basura.
Pasó un cuarto de hora hasta que Teresa grito:
-¡¡¡Lo encontré!!!-grito tras ponérselo en el pie izquierdo.
-Y ahora dinos, ¿Por qué eres así?-pregunté yo cambiando de tono.
-Soy huérfano desde los 4. Yo solo aprendí a robar sin  que nadie me viese. Viví un año en la calle y a los 5,  tras mucha práctica robé madera, un martillo y clavos a un albañil y me hice esta casa. Hasta ahora nadie me conocía.
-Te creo. ¿Tú querías una casa en condiciones?-preguntó Tomás.
-Sí,  me gustaría mucho.
-Vende todo esto, excepto lo que te interese,  a un buen precio. Te ayudaremos y luego compra una casa pequeña para vivir. En cuanto a esto será nuestra caseta y nos reuniremos todas las tardes, también podremos traer a la caseta comida y algún que otro mueble-advertí yo.
-¡¡¡Vale!!!-gritaron los demás a coro.
Todo se arregló. San ahora era nuestro colega.
Teresa y Tomás se sentaron en un banco con migo.
-Tomás, María os tengo que contar un secreto que puede que me rechacéis como amiga y novia…. yo cuando me enfado mucho…me…convierto…en …momia-nos reveló con tristeza Teresa
-No importa eso no es nada-le dije yo-como amiga serás siempre muy buena y también como novia, no importa lo que seas o en lo que te conviertas procuraremos no enfadarte ji ji ji ji.
-Eso no importa lo bueno es que tenemos un nuevo amigo y que eres muy maja y cariñosa-comento Tomás.
-Oyes, vamos, nos dieron una hora libre, bueno, aunque queda un poco será mejor que volvamos al instituto, nos echaran la bronca- comenté yo con gracia.
Volvimos al instituto muy contentos.
Y esto es todo amigos,  hasta la próxima mini historia.

FIN
Hecho por: Marta 

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