1 de Noviembre del 2013
Ya sé que Halloween se
celebra el 31 de Octubre, pero esa es otra historia. Todo empezó con una mañana
tranquila. Desayuné y vi un poco la tele, hasta que decidí hacer los deberes de
Mate y de Francés, eran muy fáciles como siempre, cuando los terminé decidí
coger el ordenador para ver si alguien estaba conectado. Aunque no fue ninguna
sorpresa, Yuhua si estaba conectada, y decidimos hacer un video-chat. Las dos
empezamos a disfrazarnos con unos chirimbolitos muy monos que te podías poner,
había barbas, bigotes, gafas de buceo, sombreros y parches, ah, y también paisajes, pero nos cortaban media
cabeza. Fue muy gracioso. Mis padres y mi abuelo aparecieron y cuando vinieron
al salón, donde estaba yo, mi hermana bajó de arriba y vino a jugar. Ella me
dijo que si me podía hacer las trenzas para Halloween, y yo accedí.
Luego le dije a Yuhua
adiós, y mi hermana me cogió de los pies y me llevó a la cocina, ella
arrastrándome por el suelo y partiéndose de risa y yo intentando escapar, pero
no pude. Llegó la hora de comer, y qué sorpresa, teníamos carne con patatas. Yo
comí a todo correr para ir al salón y tumbarme en el sofá, y así fue, pero
antes me fui a preparar el disfraz, es que el día anterior había perdido mucha
paja (Ah, por cierto, yo iba de Espantapájaros). Cuando terminé el disfraz
estaba muy impaciente para ir a Halloween, pero todavía quedaba cinco horas y
seis minutos, es verdad, lo calculé.
Bueno, había que matar el
tiempo de alguna forma y me puse a ver una película. No me acuerdo del nombre.
Después de ver la película eran como las seis menos cuarto, y preparé la bolsa
de las chuches. Tenía muchas ganas de ver a mis amigos disfrazados de
Halloween. Eran ya las seis , y no podía aguantar más. Entonces mis abuelos se
marcharon de casa y me dijeron que me fuera vistiendo. Yo no tardo mucho en
vestirme y si no os lo creéis preguntad a los de clase cuando íbamos a la
piscina, era como un rayo.
Enseguida llegó mi madre,
como a y media, bueno un poco antes. Nos fuimos, y como a las siete menos
veinticinco llegamos arriba de Seña. Todo era muy bonito, de noche, con algunas
decoraciones por las casas, y en el parque me encontré a algunos de clase. Nos
sacamos unas fotos y esperamos a las siete, a que llegaran todos, y por fin
llegaron los chicos y chicas que faltaban. Rumbo a pedir chuches. Ah qué ricas
están! Cuando pedimos en muchas casas chuches, decidimos ir al cementerio, pero
nos tuvimos que ir, porque estaba cerrado y porque había unos chavales que sí
que daban miedo, y lo raro fue que no estaban disfrazados. Seguimos pidiendo
chuches por otras casas y luego fuimos a la plaza, a sentarnos. Decidimos ir a
un bar a pedir más chuches, pero ya sería el último.
Yanira y yo decidimos
hacer una broma a los chicos, y era, que yo hacía que me caía para que los chicos
se lo creyeran, y vino hasta mi madre, pero la dijimos que se podía ir porque
era una broma. Luego como los chicos no venían decidí hacer que me caía pero en
otra parte. Ahí si que vinieron, cuando les dijimos que era una broma, se
quedaron con una cara de bobos que nos partimos todos de risa. Pero la broma
seguía, porque había chicos que no se habían enterado, entonces las chicas les
llamaron y vinieron a levantarme del suelo, cuando se lo dijimos, también se
quedaron con una cara de bobos, pero luego se rieron.
Cuando terminamos esa
broma, decidimos jugar a un no retroceder. Nos lo pasamos genial. Nos aburrimos
de jugar a eso, y contamos historias de miedo. Sí que daban miedo, pero otras
risa. Cuando terminamos de contar todas las historias que nos sabíamos, los
chicos y algunas chicas (Yanira y yo) decidimos jugar al fútbol, ya no sé como
quedamos, porque luego me fui a casa. Tomé unas cuantas chucherías y como ya
eran suficientes, me quité el disfraz, me puse el pijama, y rumbo al sofá.
Al cabo de un rato, cené
y me fui arriba a ver una peli, Un chihuahua en Beverly Halls 3. Fue muy
divertida. Cuando terminó me fui a la cama, y a dormir.
Mónica
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